La hipertensión arterial es una condición crónica caracterizada por el aumento persistente de la presión sanguínea en las arterias. Las principales causas incluyen factores genéticos, obesidad, consumo excesivo de sal, sedentarismo y estrés. Esta enfermedad silenciosa afecta a millones de españoles y constituye un factor de riesgo mayor para infartos y accidentes cerebrovasculares.
Frecuentemente asintomática, puede manifestarse con dolores de cabeza, mareos, visión borrosa y fatiga. Los factores de riesgo incluyen edad avanzada, antecedentes familiares, diabetes, tabaquismo y consumo excesivo de alcohol.
El control regular de la presión arterial es fundamental para prevenir complicaciones graves y ajustar el tratamiento según las necesidades individuales del paciente.
La insuficiencia cardíaca se produce cuando el corazón no puede bombear sangre eficientemente para satisfacer las necesidades del organismo. Se clasifica en insuficiencia con fracción de eyección reducida o preservada, según la capacidad de contracción del ventrículo izquierdo.
Los síntomas incluyen dificultad respiratoria, fatiga extrema, hinchazón en piernas y tobillos, y intolerancia al ejercicio. La progresión puede ser gradual o aguda, requiriendo atención médica inmediata en casos severos.
El seguimiento médico especializado es crucial para monitorizar la respuesta al tratamiento, ajustar las dosis y prevenir hospitalizaciones recurrentes.
Las arritmias cardíacas representan alteraciones del ritmo normal del corazón, pudiendo manifestarse como latidos irregulares, muy rápidos (taquicardia) o muy lentos (bradicardia). Entre los tipos principales se encuentran la fibrilación auricular, flutter auricular, taquicardia ventricular y bloqueos de conducción.
La fibrilación auricular es la arritmia más común en España, especialmente en población mayor de 65 años. El flutter auricular, aunque menos frecuente, presenta características similares en cuanto a riesgo tromboembólico y manejo terapéutico.
La anticoagulación es fundamental en pacientes con fibrilación auricular. La warfarina requiere monitorización del INR, mientras que los nuevos anticoagulantes orales como rivaroxabán y apixabán ofrecen mayor comodidad posológica. El tratamiento puede enfocarse en control del ritmo (cardioversión) o control de frecuencia según cada caso.
La cardiopatía isquémica constituye una de las principales causas de morbimortalidad cardiovascular en España, resultando de la reducción del flujo sanguíneo coronario. Se manifiesta principalmente como angina de pecho, pudiendo ser estable (síntomas predecibles con el esfuerzo) o inestable (síntomas en reposo o de nueva aparición).
La angina estable presenta síntomas característicos de opresión torácica durante el ejercicio, aliviándose con reposo. La angina inestable representa una urgencia médica, con síntomas más severos e impredecibles que requieren atención hospitalaria inmediata.
La prevención secundaria mediante estatinas, control de factores de riesgo y adherencia al tratamiento farmacológico es esencial para reducir eventos cardiovasculares futuros y mejorar la calidad de vida del paciente.
La prevención de las enfermedades cardiovasculares es fundamental para reducir la morbimortalidad en España. El control del colesterol y la dislipemia constituye uno de los pilares principales del tratamiento preventivo.
Otros medicamentos hipolipemiantes como la Ezetimiba y los fibratos complementan el tratamiento cuando las estatinas no son suficientes. La diabetes mellitus representa un factor de riesgo cardiovascular mayor, requiriendo un enfoque integral que combine medicación preventiva con modificaciones del estilo de vida para optimizar el control glucémico y lipídico.
La trombosis venosa profunda y la embolia pulmonar representan complicaciones graves que requieren anticoagulación inmediata y eficaz. En España disponemos de diversas opciones terapéuticas que han evolucionado significativamente.
El control de la coagulación y seguimiento regular es esencial para garantizar la eficacia y seguridad del tratamiento. La adherencia terapéutica resulta crucial para prevenir eventos tromboembólicos recurrentes y minimizar el riesgo hemorrágico.